Coyuca necesita un presidente que sea de Coyuca, que viva en Coyuca, que duerma en Coyuca, que trabaje en y por Coyuca, que quiera a Coyuca y a los coyuquences, que no sea un aventurero ni un oportunista.
MIGUEL ANGEL CUEVAS GUINTO
Coyuca de Benítez
Aspirantes presidenciales que no radican en el municipio
Coyuca de Benítez, como todos los municipios costeños son de naturaleza hospitalaria, ese es el verdadero motivo de su vocación turística en conjunto con las bellezas naturales de playas, ríos, lagunas y riqueza culinaria. Coyuca siempre ha abierto las puertas de su hospitalidad a los hijos adoptivos que con su fuerza laboral enriquecen a nuestra sociedad radicando en nuestro municipio. Todos ellos valiosos y participativos en las fuerzas vivas que integran los sectores coyuquenses, algunos militantes activos en las distintas expresiones partidistas que se desenvuelven políticamente en el municipio.
Los coyuquenses de cepa, viven en Coyuca, conviven con su gente y aportan con su presencia el conjunto y la unión necesaria que fortalece a los grupos sociales; no podríamos pensar en vecinos ni darles tal connotación, cuando su vecindad es tan lejana como la ausencia de radicar en otros municipios. El coyuquense activo, como tal, vive, sufre, ríe y goza de la problemática cotidiana que aqueja a Coyuca, no es el clásico coyuquense, que en temporada de vacaciones decide, por esta vez, disfrutar algunos buenos días en el pueblo que lo vio nacer y de paso quejarse o criticar ácidamente por el rezago y la pobreza municipal, el aspecto del mercado central o la suciedad de las calles, para después partir y regresar, si es que regresa, el próximo año, y mirar nuevamente los problemas de nuestro pueblo, con la mirada crítica del ciudadano que se ha desprendido de su identidad original para adquirir otra, otra que le provee nuevos intereses comunales y de vecindad.
Pero no hablemos de los ausentes, aquellos que prácticamente han perdido sus lazos con el municipio, hablemos de aquellos coyuquenses de fin de semana, de aquellos que aspiran a gobernar nuestro municipio y radican y viven fuera, aquellos que pretenden el más alto cargo, sin el sacrifico de vivir de tiempo completo en su suelo y con su gente.
A veces la permanencia fuera del municipio se debe a la necesidad laboral o comodidad que le puede brindar un municipio como Acapulco o Chilpancingo, lugares que preferentemente escogen estos personajes para vivir, ya que Coyuca es de paso, y su presencia guarda el interés supremo de la política, digo con esto; que si vienen a Coyuca los fines de semana, es por la necesidad fundamental de mantenerse en contacto con los coyuquenses, su estrategia, es tan importante, que bien vale la pena juagar a la política en los tiempos libres.
De los políticos que tienen aspiraciones a la presidencia municipal, creo que sólo en Coyuca, guarda las características, de que casi todos, radican en otros municipios. La necesidad que los obliga a hacerlo, sólo ellos la sabrán; pero el respeto que implica el pueblo de Coyuca, cuando menos valdría el sacrifico de radicar y vivir en su suelo. Ellos, los políticos aspirantes a la presidencia municipal, tienen el derecho de vivir donde les pegue la gana, el imponderable, es que, han participado en contiendas políticas o manifestado su aspiración, desde entonces se han convertido en figuras públicas que deben obrar en consonancia, no sólo con sus intereses, sino en consonancia con interés capital del pueblo de Coyuca.
Alfredo Hernández Bravo, Javier Bataz Benítez, Francisco Navarrete Ávila, Efraín Ramos Ramírez son personajes que firmemente han manifestado sus aspiraciones, todos ellos preparados y educados para las lides de gobierno, pero con el consecuente, pero, de que sus interese vecinales se encuentran en otras latitudes, otros municipios y quizá hasta en otros estados. No discutiremos el lugar que guarda Coyuca en su corazón, con toda segura honestidad, debe ser bastante importante, lo suficiente como para el sacrificio sin par de tener que avecindarse junto a los coyuquenses; creemos que debe hacerse así, por bien de su proyecto y por respeto a los mismos coyuquenses; de no ser, la dignidad política debe prevalecer entre los coyuquenses.
No se puede permitir la incongruencia de que personajes que no radican en el municipio nos gobiernen, sin importar la nobleza y la justiciera causa que los guie, ya de por sí, el hecho de aspirar y ser coyuquense de fin de semana es harto sospechoso, pues pone de manifiesto cierta lejanía o tierra de por medios a la verdadera problemática municipal.
Aníbal Zúñiga también aspira a la presidencia municipal, en labores proselitistas visita a simpatizantes y amigos; como joven, pretende incursionar en las filas de un sector social casi virgen para los partidos políticos: la juventud. Creo quedarme corto, cuando me refiero a los jóvenes como un sector; la juventud representa más de la mitad de la población mundial; y en Coyuca, este activo conglomerado se ha mostrado recelosos cuando de partidos se habla, sólo participando si hay un pago de por medio, sin poner énfasis ni corazón en la actividad encomendada. Si Aníbal Zúñiga capitaliza proyectos atrayentes para la juventud coyuquense, si Aníbal Zúñiga habla su lenguaje y entabla dialogo con los jóvenes, invariablemente se habrá de convertir en un fuerte aspirante que ha de dar la batalla en la contienda electoral del 2012; donde habremos de elegir nuevo presidente municipal; esperemos, por el bien de todos, que esta vez, no, nos embruje el canto de las sirenas y tengamos la sensatez suficiente para saber elegir, elegir al mejor candidato, empezando porque viva y radique en el municipio que habrá de gobernar.
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