La presencia de la mujer Coyuquence, embellece con todo su esplendor la Feria de La Palmera 2012, la mujer costeña con su belleza, su calidez, nobleza y con su aroma a mar y fruta tropical (coco, mango, guayaba, piña y plátano) nos provoca olvidar por momentos las ingratitudes de feria 2012. Espero las disfruten Ustedes tanbien, las fotografías son del maestro de la lente Juan Manuel García Resendiz.
La poesía de Pablo Neruda.
De noche, amada, amarra tu corazón al mío
y que ellos en el sueño derroten las tinieblas
como un doble temblor combatiendo en el bosque
contra el espeso muro de la hojas mojadas.
Nocturna travesía, brasa negra del sueño
interceptando el hilo de las uvas terrestres
con la puntualidad de un tren descabellado
que sombras y piedras frías sin cesar arrastrara.
Por eso, amor, amárrame el movimiento puro,
a la tenacidad que en tu pecho golpea
con las alas de un cisne sumergido,
Para que a las preguntas estrelladas del cielo
responda nuestro sueño con una sola llave,
con una sola puerta cerrada por la sombra.
El firme amor, me diste con tus dones.
Vino a mí la ternura que esperaba
y me acompaña la que lleva el beso
más profundo a mi boca,
No pudieron
apartarla de mí las tempestades
ni las distancias agregaron tierra
al espacio de amor amor que conquistamos.
Cuando antes del incendio, entre las mieses
de España apareció tu vestidura,
yo fui doble nación, luz duplicada,
y la amargura resbaló en tu rostro
hasta caer sobre piedras perdidas.
No sé, mi amor, si tendré tiempo y sitio
de escribir otra vez tu sombra fina
extendida en mis páginas,
son duros estos días y radiantes,
y recogemos de ellos la dulzura
amasada con párpados y espinas.
Ya no sé recordar cuando comienzas:
estabas antes del amor,
venías con todas las esencias del destino,
y antes de ti, la soledad fue tuya,
fue tal vez tu dormida cabellera.
Hoy, copa de mi amor, te nombro apenas,
título de mis días, adorada,
y en el espacio ocupas como el día
toda la luz que tiene el universo.
Con casto corazón, con ojos
puros,
te celebro, belleza,
reteniendo la sangre
para que surja y siga
la línea, tu contorno,
para
que te acuestes a mi oda
como en tierra de bosques o de espuma,
en aroma terrestre
o en música marina.
Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.
Bella desnuda,
igual
tus pies arqueados
por un antiguo golpe
de viento o de sonido
que tus orejas,
caracolas mínimas
del espléndido mar.
Iguales son tus pechos
de paralela plenitud, colmados
por la luz de la vida.
Iguales son volando
tus párpados de trigo
que descubren o cierran
dos países profundos en tus ojos.
Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gusta cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
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